Nos lo han hecho creer durante años:
“No todos somos creativos.”
Solo algunos.
Los que pintan.
Los que tienen “buenas ideas”.
Los que estudian diseño, arquitectura o publicidad.
Y nos lo creímos. Nos lo tatuamos adentro. Y repetimos esa mentira hasta volverla verdad: “Yo no soy creativa.” “Nunca fui buena con lo artístico.” “Yo no tengo ese don.”

Esa es la gran estafa: Creer que la creatividad es un talento para unos pocos. Que es algo externo, raro, exclusivo. Cuando en realidad, es una cualidad profundamente humana.
«La creatividad está en ti. Somos seres creativos por naturaleza. Solo que quizás no la estás viendo.»
Lo veo cada día como mentora. Personas que llegan diciendo, «yo no soy creativa pero me gustaría serlo.»
Personas que han repetido durante años esa mentira colectiva: que la creatividad es un talento artístico que se tiene o no se tiene. Pero algo pasa cuando se dan permiso para explorar. Cuando dicen “voy a probar a ver que pasa.»
En nuestro caso, cuando se apuntan a una mentoría para crear su estudio de papelería, empiezan tímidamente. Pero enseguida pasa algo: su creatividad despierta. Y no porque “aparezca de la nada”, sino porque siempre estuvo ahí, esperando ser alimentada. Y cuanto más se alimenta, más crece. Más conecta. Más transforma.
«Lo que cambió no fue su talento, fue su creencia. Creer que no eres creativa te encierra. Sentirte creativa te abre posibilidades.»
Yo también me tragué la mentira: «Yo no soy creativa»
Cuando llegué a España con mi título de «Diseñadora gráfica y Licenciada en imagen corporativa», era joven, venía de otro país y me sentía pequeña, insegura, con todo por demostrar.
Fui a una agencia de publicidad a buscar trabajo. Me recibió un chico «moderno» con el pelo rizado (recuerdo que no me sentí nada cómoda en su presencia). Al terminar la entrevista me dio su tarjeta donde ponía: Fulanito de Tal y justo debajo, en letras mayúsculas y bold: CREATIVO. Así, sin más. Como si fuera un título oficial, un rol asignado, un privilegio para unos pocos. Y yo, con mis dudas y mis miedos, pensé «Wow, él es el creativo, yo no»…

(Hoy me da risa esa anécdota, es tan absurda la situación).
Crear no es solo hacer cosas bonitas o atrevidas. Es vivir con imaginación. Hemos confundido creatividad con arte. Con producir. Con tener ideas espectaculares. Pero la creatividad también está en:
- Encontrar una forma distinta de explicarle algo a tu hija.
- Improvisar una cena con lo que hay.
- Resolver una discusión desde otro lugar.
- Soñar una vida distinta a la que tienes.
- Atreverte a cambiar de camino.
Eso también es crear. Eso también eres tú, siendo creativo. Aunque no tengas tarjeta de visita que lo diga.
Reescribamos la historia.
La gran estafa es haber creído que no lo eras. La buena noticia es que ahora puedes reescribir tu historia creativa. Todos somos creativos, pero para serlo hay que empezar a creerlo…

Te traemos un ejercicio divertido que te ayudará a reconectar con tu forma única de crear. Este ejercicio es simple, pero poderoso. No tienes que ser diseñador, ni artista. Solo hace falta algo mucho más profundo: tu mirada creativa y sincera sobre ti.
✏️ Ejercicio: Diseña tu nueva tarjeta
¿Y si en vez de definirte por tu trabajo, te definieras por tu forma de crear?
Te invitamos a diseñar tu nueva tarjeta de presentación, esa que no habla de títulos ni cargos, sino de quién eres cuando te conectas con tu creatividad.
¡Mira los ejemplos de abajo! ⬇️




